Los enigmáticos Caballeros Templarios han dado origen a grandes leyendas que han mantenido vivo su nombre hasta nuestros días, ¿quién no ha oído hablar de su protección al famoso Santo Grial? Si le fascina o siente curiosidad por el misterio de la Orden del Temple, Peñíscola es uno de sus destinos.

Peñíscola y su castillo son principalmente conocidos por ser el lugar dónde vivió y se refugio el Papa Luna, un personaje insigne de la historia europea. Pero, Benedicto XIII no fue el único gran personaje de la historia que residió en la localidad; la misteriosa y poderosa Orden del Temple también encontro en esta población mediterránea un lugar donde asentarse.
Los Caballeros Templarios tomaron posesión de Peñíscola en 1294, gracias a un acuerdo con Jamie II de Aragón, y nos dejaron el monumento más representativo de Peñíscola: la fortaleza totalmente amurallada del Castillo del Papa Luna.

En la parte más elevada del peñón de la ciudad, los templarios edificaron ésta fortaleza sobre una antigua alcazaba musulmana, construyéndola a imagen y semejanza de las que ya habían levantado anteriormente en Tierra Santa. Dándole al monumento las particularidades de una obra templaria como son la sobriedad, la solidez y la austeridad. Les tomó 12 años, hasta 1307, construir esta admirable obra mezcla de castillo y palacio.
El castillo templario-pontífico se ha conservado en perfecto estado, pese a que una parte del mismo fue destruído durante la Guerra de la Independencia. Si camina por sus estrechas empedradas calles, visita sus caballerizas, recorre sus cuerpos de guardia o se detiene a apreciar la capilla, descubrirá el legado que los misteriosos templarios dejaron en Peñíscola.

Si le gusta la historia y el misterio de los templarios, el Castillo del Papa Luna es una puerta a la vivencia de su historia y el lugar perfecto para disfrutar del ocio y la cultura.
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